Reseña N° 8: "Cuentos para Verónica"- Poldy Bird

Cuentos para verónica es una antología que Poldy Bird le escribe a su hija llamada verónica es muy obvio eso no?. En total son 16 relatos los cuales son cortitos. Hasta acá la sinopsis, bastante corta.  Parece un libro simple, con pocas hojas, que se lee en una tarde o noche. Pero quiero decirles queridos amigos y amigas que no es un libro meramente simple, para pasar el rato o como forma de recreación. Es una obra que se tiene que leerse tranquilo para que surja la magia que lleva adentro.

Desde ya voy a decirles y les soy sincera este libro me hizo llorar y mucho, este libro me hizo viajar en el tiempo, me mostró algo oculto que nunca me di cuenta, que nunca valore porque ignoraba que estaba y está presente. Esta obra nos habla de cómo Poldy Bird deseo su embarazo, el nacimiento de su hija y recorremos los años, junto a ella y verónica, hasta que esta ingresa a primer grado aproximadamente. Es un libro con una narrativa sencilla, dulce y poética, te llena de sentimientos sin darte cuenta.

Estos relatos lo leí desde la perspectiva de hija y de mujer, tiene una perspectiva de madre muy tierna y emocionante la cual pude captar pero no sentir ya que aún no soy mama. En los cuentos la autora nos habla desde su papel de madre como de mujer, aunque también se refleja el papel de hija, en ella descubrimos, anhelos, miedos, tristeza, felicidad, orgullo, egoísmo, etc. Podemos acompañar a Poly en su aprendizaje y en su progreso como madre la cual es muy sensible a la hora de narrarlo.

Quiero contarles que es lo que me hizo sentir y reflexionar. Primeramente sentí nostalgia por mi niñez por esa etapa de la vida que vemos que pasa muy lento para nosotros pero para nuestros padres no. Me di cuenta que la infancia que compartí junto a mi mama, el solo hecho de haberlo compartido con ella eso la hizo muy feliz sin percatarme de esa felicidad. Me sentí reflejada en verónica, como fue creciendo sin darse cuenta, la inocencia.

 El proceso que pasa una madre al ver crecer a sus hijos, se replantea cosas y hasta hay un conflicto existencial pero que se termina superando porque somos nosotros, como niños, que les  vamos enseñando cómo hacerlo.

 Hay conversaciones en este libro que yo he tenido con mi propia madre y los sentimientos que surgieron en ella (no los mismos pero parecido) están relatados en este libro.

La transformación por el que pasan las madres de dejar ir, de verlos crecer y permitir que sus hijos cometan errores y se lastimen en el proceso sin intervenir, porque eso es parte del aprendizaje y de la experiencia propia, se me hizo muy triste y hasta podría decir devastador.

Como en nuestras acciones, siendo adultos, todavía hay vestigios de nuestra niñez que no detectamos pero los hijos sí.

Algo que pude detectar es el micromachismo que hay en algunas partes de los relatos, muy pero muy pocas, pero están allí aunque la verdad no modifica casi nada la esencia de la lectura

Así que sin más si se quieren regalar un libro, a ustedes, a sus hijos, a sus madres, padres, a cualquier persona yo lo recomiendo muchísimo porque van a ver cosas que eran invisibles a nuestros ojos de infantes y van a valorar más el amor de sus padres (queda sujeto a la relación que tengan con sus padres). Este libro refleja que la maternidad será deseada o no será.

A continuación les dejo las citas que más me hicieron emocionar:

·         “Verónica: el corazón de los hijos puede latir sin que la mano de mamá le de cuerda.

Pero el corazón de las mamas no puede latir si no se le cuerda el amor de los hijos”

·         “Locos… somos los otros: los que miramos con angustia los relojes, los que no estrechamos las manos de quienes no nos muestran su documento de identidad y no tienen bien lustrados los zapatos, los que ponemos un vidrio de distancia entre nosotros y los demás… como con la excusa de protegernos. Bah, por temor a darnos, a amar, a que nos llamen locos”

·         “Cuando tengas mi edad, eso no te va a dar lastima… sino envidia de que haya seres que, a través del tiempo, se sigan llevando un pétalo de su infancia pegadito en cualquier parte”

·         “-Quiero que me prometas una cosa mama

-¿Qué?

-Que no te vas a morir nunca.

-Te lo prometo.

No me voy a morir nunca, Verónica. Me voy a quedar en estas letras; me voy a quedar navegando por tu sangre; abonando gramillas.

-Mira Verónica, mejor te prometo otra cosa: que si me muero, mi alma se va a quedar aquí para que vos la cuides

-Pero cuando seas vieja, muy muy vieja.

-Muy, muy vieja.

Y lo dije muy muy fuerte, para que me escuchara dios y lo tuviera en cuenta.”

·         “¡Que pronto pasaron estos cinco años, que corta es para mí tu infancia, esta infancia que para vos debe ser larga, como me parecía la mía cuando yo era chiquita!”

·         “Estas lágrimas mías borronear un poco mi imagen de madre-dios, de todopoderosa. Esas lágrimas mías le han enseñado a mi hija que los héroes a veces tienen miedo, que los grandes no son siempre tan grandes y los pequeños pueden crecer de pronto”

·         “Estoy aprendiendo a controlar mis impulsos posesivos, mis ganas de obligarla a ser como me gustaría que fuera, a imponer lo que a mí me parece que será su felicidad y tal vez no lo sea”

“Haber sufrido tanto… haber buscado tanto… haber aprendido tanto… para llegar a saber que cada uno tiene que labrar su propia experiencia, que mis lágrimas no evitaran las suyas , que mi dolor no servirá de barrera a los dolores que te aguardan y que, aunque yo te ame, aunque yo sepa cuál es el camino que debes elegir para ser dichosa y para realizarte… tengo que aprender a callar, a apartarme, a dejar que seas tú misma la que encuentres, aunque antes te equivoques y te golpees muchas veces”